¿Vuelves a ser tú tras la maternidad?

Pregunta un pelín complicada, pero la respuesta corta es: sí… y no.

Me explico lo más brevemente posible. Siento que cada vez que vivimos cosas importantes en nuestra vida, inevitablemente cambiamos. Y al mismo tiempo, seguimos siendo nosotras. Nunca dejamos de ser quienes somos, pero nos transformamos.

Lo que sucede es que en medio de esos microprocesos —como empezar una carrera universitaria, romper con una pareja, mudarnos de ciudad o incluso de apartamento— no notamos tanto los cambios. Simplemente los vivimos, los asumimos y seguimos adelante, sin detenernos mucho a pensar en cuándo exactamente empezamos a transformarnos. Solemos verlo como una evolución, no como un cambio radical.

¿Y qué pasa con la maternidad?

Que lo remueve todo. A nivel físico, emocional, mental. Dejamos de tener ciclo menstrual, el cuerpo cambia visiblemente: se nos hincha el vientre, la piel se estira, salen manchas, los órganos se reacomodan para darle espacio al bebé… y el cerebro también cambia (sí, está científicamente comprobado). Y todo eso pasa solo en el embarazo. Nueve meses en los que nuestro cuerpo va cambiando, y nosotras cambiamos con él.

Y entonces llega el posparto.

Y, por arte de magia, esperamos que con el nacimiento del bebé todo vuelva a ser como antes: nuestro cuerpo, nuestras ideas, nuestras rutinas. Pero la realidad está muy lejos de esa idealización. Por eso siempre recomiendo informarnos. No para crear expectativas perfectas, sino más aterrizadas, más conscientes.

Con el tiempo, a medida que conoces a tu bebé —y te conoces a ti misma en esta nueva etapa de mamá 24/7— empiezas a encontrar pequeños espacios para ti.

A mí, en lo personal, me ha ayudado mucho buscar información: saber qué emociones son normales, entender que sentirse perdida o sin rumbo no significa que haya algo mal contigo. Es simplemente parte del proceso. Nuestro cuerpo vivió una transformación brutal para traer vida al mundo. Y por eso necesita tiempo. Y paciencia.

No podemos traer un niño al mundo y al día siguiente actuar como si nada hubiera pasado. Ni esperar que, en una semana, todo vuelva a ser como antes.

Necesitamos reconocer cada cosa que estamos viviendo, para poder distinguir si estamos ante una depresión posparto que requiere apoyo profesional, o si estamos atravesando varios duelos al mismo tiempo.

Sí, duelos. Porque perdemos nuestro cuerpo tal como lo conocíamos, nuestra libertad, nuestras prioridades. Y no es malo en sí. Pero cuando sabemos a qué nos enfrentamos, podemos ser más compasivas con nosotras mismas. Y entendernos mejor.

Después de dos años siendo mamá a tiempo completo, dedicada a mi bebé, puedo decirte que muchas veces me sentí perdida. Otras actué por inercia.

Y hoy, aún me sigo descubriendo en esta nueva piel: la de madre, mujer, esposa… intentando no perder la esencia de quien siempre fui, pero también abrazando a la nueva mujer que soy.

Y si te soy sincera, esta nueva versión me gusta mucho. Y cada día tengo más ganas de conocerla.

Entonces, ¿vuelves a ser tú tras la maternidad?

Diría que nunca dejaste de ser tú. Pero el camino de la maternidad es tan profundo, tan transformador, que a veces cuesta reconocerse.

Sin embargo, no solo volverás a sentirte tú… sino que también te sentirás más fuerte, más decidida, más empoderada. A veces llena de dudas, otras triste, otras alegre… pero siempre única.

La maternidad despierta nuestra feminidad de una forma nueva, y lo más importante es aprender a aceptarla y abrazarla.

Fluye con tu maternidad. No te exijas de más. Vive un día a la vez. Descansa cuando lo necesites. Pide ayuda. Habla de cómo te sientes. Llora. Ríe.

Recuerda: todas las emociones son válidas. Y, poco a poco, volverás a reconocerte en esta nueva etapa de tu vida.

Y si te lo permites, si te miras desde fuera con amor y sin juicio… cada día te enamorarás un poco más de ti misma.

Y te encantará verte desde fuera. 💫

Con amor,

Vetramom

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *